Ladrones de tiempo: Evita tareas que afecten a tu productividad empresarial

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Ladrones de tiempo: Evita tareas que afecten a tu productividad empresarial

En el desarrollo de tu jornada laboral, y más aún cuando ocupas un puesto de cierta responsabilidad en el seno de tu empresa, estarás expuesto, día tras día, a los efectos contraproducentes de una serie de actuaciones, en muchos casos involuntarias o inconscientes, que se pueden considerar como ‘ladrones de tiempo’.

La principal característica de estas tareas, sobre las que profundizaremos a continuación, reside en que suelen ser consideradas como actuaciones prioritarias y necesarias en el desarrollo de nuestro trabajo, cuando, en realidad, son perfectamente prescindibles y solamente contribuyen a reducir nuestra productividad.

Si bien no existen verdades absolutas en este sentido, y no debemos caer en el error de tratar de cortar de raíz todo lo que suponga un desaprovechamiento de tu jornada de trabajo, sino más bien de aquello que se repite de forma continuada, aquí tienes un repaso de aquellos ladrones de tiempo sobre los que más debes orientar tu atención, para recuperar ese ‘tiempo robado’.

 

Correo electrónico

 

Es totalmente normal, y hasta recomendable, que prestes una elevada atención a los correos electrónicos que recibes diariamente, y que ofrezcas una rápida contestación tanto a tus clientes externos como a otros miembros de la empresa que requieren de tu opinión o ayuda.

No obstante, no debes caer en el error de anteponer siempre este aspecto sobre la tarea que estás realizando, sino más bien realizar un ejercicio de evaluación de la urgencia e importancia de cada elemento y, en el caso específico de aquellos emails que pueden considerarse secundarios, incluirlos dentro de tu temporalización en la posición que realmente merecen.

 

Reuniones de trabajo

 

Es cierto que organizar reuniones de seguimiento de tus proyectos es una actividad muy positiva, ya que permite avanzar y, a su vez, potenciar el espíritu de trabajo en equipo, y más aún si actualmente estás teletrabajando, pero siempre teniendo presente la necesaria productividad de dichos encuentros, ya que implican que todos sus participantes aparquen, aunque sea por unos instantes, sus tareas y responsabilidades individuales.

 

Informes internos de seguimiento de proyectos

 

Aunque es muy aconsejable, sobre todo a nivel de mando intermedio y directivo, disponer de información sobre los proyectos en curso y su grado de desempeño, no incurras en el error de anteponer el control interno al desarrollo real, ya que este último es el que influirá en la generación de ingresos para tu negocio.

Sin entrar en posturas extremistas y radicales, debes tener presente en todo momento qué actividades y tareas están generando rentabilidad a la empresa y cuáles no, priorizando siempre, y sin excepción, las primeras sobre las segundas.

 

Obsesión por la presencia en internet y las redes sociales

 

En este punto no se trata de dar la espalda a la realidad en la que te encuentras y convertirte en unos ‘ermitaño analógico’, ya que eso es prácticamente inconcebible hoy en día, pero si debes sopesar el tiempo que dedicas a este cometido y si realmente te resultaría más rentable externalizar esta actividad y dedicar ese tiempo a aquello en lo que realmente eres un experto.

Del mismo modo, no caigas en el error de pensar que debes estar presente en todas y cada una de las redes sociales de mayor prestigio, sino en aquellas que realmente se ajustan al mensaje que deseas transmitir y aportan valor añadido a tu negocio.

 

Decisiones emocionales e improvisadas

 

Para finalizar, solamente nos queda aconsejarte que todas tus tareas diarias, así como las que delegas en el resto de miembros de tu equipo de trabajo, estén basadas en un plan estratégico claramente definido y orientado a la consecución de unos objetivos, y no a vaivenes emocionales sin coordinación ni fundamento real para tu negocio.

En el mundo empresarial actual es esencial estar bien informado y anticiparte a los cambios que se producen en tu entorno, pero vacúnate contra la sobreinformación y, sobre todo, contra la improvisación sin un análisis previo de tus recursos y de las consecuencias de aquellos ladrones de tiempo que aparecen en tu cabeza y no tienen relación directa con tu proyecto a medio y largo plazo.