21 Ene Desmontando mitos empresariales: los tres cerditos
No cabe duda de que hay mil y una formas de gestionar un negocio. Se podría decir que prácticamente tantas como autónomos y empresas conforman nuestro tejido productivo, ya que cada una de ellas ha establecido libremente su funcionamiento en base a una filosofía, cultura y know how diferente.
Pero, del mismo modo, es innegable que aquellas que enfocan su actividad y líneas de actuación hacia el largo plazo, en lugar de centrarse en una visión cortoplacista del mercado, estarán más preparadas para anticiparse a los cambios del entorno, aprovechar antes que nadie las oportunidades que se presenten y, sobre todo, hacer frente de la mejor forma posible a las posibles amenazas que puedan afectar a su estabilidad.
A partir de esta idea, desde OGE Consultores hoy queremos reflexionar contigo sobre la moraleja empresarial que puede ofrecernos uno de los relatos más conocidos y famosos de nuestra cultura popular, como es el cuento de los tres cerditos.
Esta historia cuenta la decisión de tres hermanos porcinos que, ante la posibilidad de ser atacados por un temido lobo, decidieron construirse, cada uno de ellos, su propia casita.
Así, el primero de ellos, menos trabajador y más juguetón que los demás, pensó en no dedicar demasiado tiempo a esta tarea y se fabricó una pequeña choza de paja.
El segundo, que era algo más trabajador, pero le gustaba vivir al día, tomó la decisión de hacerse una casa de madera, para protegerse un mejor del mal tiempo y de la posible amenaza de pequeños depredadores.
Por último, el tercero de los hermanos, al que le gustaba trabajar, sentía curiosidad por mejorar día a día y siempre pensaba en cómo conseguir que sus actos le dieran resultado durante el mayor tiempo posible, no lo dudó un segundo y se construyó un hogar tremendamente resistente, a base de ladrillo y cemento.
Como estamos seguros de que sabrás, por lo que no vamos a detenernos en exceso en los detalles de este relato, pasado un tiempo el lobo feroz se acercó a la zona del bosque en la que estos tres cerditos residían y fue derribando las casas de los dos primeros, que no habían tomado las medidas necesarias para protegerse de este ataque, y que tuvieron que refugiarse en la vivienda del cerdito más previsor.
Por suerte, cuando el lobo intentó atacar esta casa, todos sus intentos (y soplidos) fueron insuficientes para derribar sus firmes muros y acabó desistiendo de pegarse el gran festín que esperaba, yéndose a buscar otras presas más accesibles que no estuvieran tan preparadas para protegerse de su ataque.
Como probablemente habrás deducido, este cuento constituye un buen ejemplo de la extraordinaria importancia de aprovechar los periodos de bonanza y buenos resultados en tu negocio para, en lugar de acomodarte y pensar que esta situación será eterna, sentar las bases estratégicas y operativas que te permitirán estar preparado para el momento en el que las condiciones del entorno cambien y haya que hacer frente a unas condiciones del mercado menos propicias.
Solamente aquellos negocios que tengan esta previsión a largo plazo de lo que es necesario para garantizar la estabilidad presente y futura de su actividad, dispondrán de los medios y herramientas necesarias para mantenerse en pie y seguir creciendo, por mucho que sople el viento.