02 Feb ¿Realmente hemos aprendido de las crisis anteriores?
Puede que sea cierto que nos haya costado asimilarlo, pero nuestro tejido empresarial cada vez es más consciente de que está expuesto, por las propias características del entorno y del mercado, a la ocurrencia de crisis cíclicas, que afectan cada cierto tiempo a la estabilidad de las empresas en su conjunto con una mayor o menor virulencia, en función de su envergadura y duración.
Ante esta situación, y a pesar del duro aprendizaje que ha supuesto pasar por situaciones de recesión y crisis anteriores, como la que se prolongó entre los años 2008 y 2015, de la que todavía no hemos llegado a reponernos plenamente, todavía se percibe la existencia de empresas que adolecen de lo que podríamos llamar ‘miopía empresarial’.
Realizando un símil con esta conocida anomalía visual, la miopía empresarial hace referencia a la dificultad de percibir y analizar con claridad aquellos aspectos del mercado y el entorno que se encuentran a cierta distancia, en este caso temporal, y cuyo principal síntoma se basa en limitar las actuaciones relativas a la gestión de tu negocio a aspectos estrictamente cortoplacistas.
Si esto ocurre, y no se toman las medidas adecuadas para corregir este problema, se correrá el riesgo de prescindir de aquellos elementos que condicionarán el crecimiento y estabilidad de tu negocio a medio y largo plazo, obligándote a actuar de una forma reactiva en lugar de proactiva.
Por eso, será tremendamente importante que no solo concentres tu atención en la toma de decisiones empresariales de carácter meramente operativo, indispensables para la gestión de tu día a día, sino que, además, dediques una parte de tu tiempo a indagar lo más posible sobre los distintos cambios y tendencias que se están produciendo en tu entorno, para identificar en qué medida pueden afectar a tu futuro empresarial.
Solamente de esta forma podrás contar con las herramientas necesarias para anticiparte a las diferentes amenazas que se produzcan en tu mercado de actuación, o en el entorno en el que desarrollas tu actividad, y disponer del tiempo suficiente para hacerles frente o, incluso, transformarlas en oportunidades competitivas enormemente valiosas para ti.