Planificar o seguir dándole patadas a la lata

Planificar o seguir dándole patadas a la lata

Hoy queremos dedicar una breve reflexión a la que es probablemente una de las estrategias más empleada en estos tiempos inciertos: dar la patada a la lata.

Y es que, nos guste más o nos guste menos, en determinados sectores donde no se termina de ver claro el momento en el que los flujos de ingresos vuelvan a una normalidad relativa, la realidad nos obliga a aprovechar todos los recursos que permitan la supervivencia de la actividad bajo mínimos.

Existen casos de figuras cuasi mitológicas que lograron patear tan fuerte la lata que nunca volvieron a encontrarse con ella. Sin embargo, lo más habitual entre los mortales es encontrarnos de nuevo con la lata. Quienes se inclinan por la autocomplacencia, se sorprenderán al verla de nuevo en el camino y, casi con total seguridad, con un tamaño mayor que el que tenía la primera vez que se la quitaron de encima.

Como hemos dicho en ocasiones anteriores, planificar no es forzar nuestras hojas de cálculo a escenarios irreales (el recalcitrante papel que todo lo aguanta), sino sentar las bases de aquellas estrategias más consistentes que nos permitan retirar la lata de nuestro camino o darle una patada a una lata más pequeña.

Parece una reflexión de perogrullo, pero la lata es un problema recurrente en nuestras empresas y merece la pena detenerse a pensar cuál es nuestra actitud al respecto. ¿Hablamos?