Los ‘siete pecados’ de la gestión empresarial

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Los ‘siete pecados’ de la gestión empresarial

Cuando decides poner en marcha un proyecto empresarial es lógico que centres todos tus esfuerzos en conseguir crecimiento y consolidación a medio y largo plazo, garantizando así su supervivencia y competitividad dentro de tu sector de actividad.

No obstante, a medida que vamos desarrollando nuestro camino en el ámbito empresarial corremos el riesgo de incurrir, de forma consciente o totalmente involuntaria, en una serie de prácticas que pueden afectar a la gestión de tu negocio, lastrando su futuro a medio y largo plazo.

Por este motivo, desde OGE Consultores, hoy queremos que conozcas cuáles son los siete pecados de la gestión empresarial, con el fin de que puedas tomar las medidas necesarias para evitar incurrir en ellos y comprometer el éxito de un proyecto que tanto te ha costado crear y desarrollar.

 

Pereza

 

Se materializa principalmente en aquellos casos en los que nos acomodamos con nuestra posición competitiva y cartera de clientes actual, y decidimos mantener una actitud pasiva o contemplativa hacia las oportunidades y amenazas del mercado, bajo la creencia de que todo nos va a ir bien sin necesidad de esforzarnos día a día.

Si algo caracteriza al entorno empresarial actual es su carácter cambiante y su inestabilidad, por lo que deberás decidir si convertirte, a través de tu trabajo diario, en un referente de tu sector, o formar parte del pelotón de cola, con los riesgos que esto supone para la supervivencia de tu empresa.

 

Gula

 

Cuando nos referimos a esta práctica errónea a nivel empresarial no nos referimos a una ansiedad de carácter material, sino más bien al deseo o fijación por comernos a nuestros competidores y abarcar la mayor parte del mercado posible.

Aunque esto no puede considerarse como una práctica negativa para el posicionamiento de tu empresa en el mercado, será necesario que todos tus movimientos estratégicos se basen en una correcta planificación estratégica, que se centre en aquellos aspectos que pueden generar valor añadido a tu proyecto, para evitar decisiones equivocadas que puedan comprometer la solvencia de tu negocio.

 

Avaricia

 

En términos económicos, gestionar una empresa desde la avaricia supone anteponer los objetivos financieros de la organización al desarrollo de todos aquellos cambios que pueden llevar a tu empresa a conseguir consolidarse en el mercado y crecer de una forma lógica y orgánica.

Como veremos a continuación, evitar los gastos innecesarios es básico para tu supervivencia y éxito empresarial, pero no debemos confundir ‘gasto’ con ‘inversión’, descuidando la revisión salarial o dotación de incentivos para tus trabajadores, la renovación de equipos y maquinaria, o la contratación de servicios auxiliares que hagan crecer tu negocio.

 

Lujuria

 

En contraposición a la avaricia nos encontramos, en múltiples ocasiones, con la lujuria, entendida en este caso como el interés desmedido por el lujo, el gasto sin control y el ‘postureo’.

Es evidente que el fin último de todo proyecto empresarial es poder garantizar una mejor calidad de vida a aquellas personas que deciden embarcarse en su desarrollo y consolidación, pero desde OGE Consultores te recomendamos que no incurras en un error, por desgracia, bastante común a nivel empresarial, como es no diferenciar el patrimonio de tu empresa de tu patrimonio personal.

 

Envidia

 

Este pecado se puede detectar en aquellos negocios que condicionan la práctica totalidad de sus movimientos a las acciones desarrolladas por la competencia, sin entrar a valorar sus capacidades para tomar una posición de liderazgo y un carácter innovador y diferencial dentro de su sector de actividad.

El desarrollo de prácticas de ‘benchmarking’ o análisis de las buenas prácticas de tus competidores puede ayudarte a detectar nuevas perspectivas de negocio para mejorar tu gestión, pero sería un error aspirar únicamente a copiar lo que otros hacen sin tratar de adaptarlo a tu realidad y aportarle tu toque personal.

 

Ira

 

Otro aspecto básico a tener en cuenta para el éxito de tu negocio residirá en alejar el orgullo personal de tus decisiones empresariales.

En la relación tanto con tus clientes y proveedores como a nivel interno con tus trabajadores será positivo que actúes con firmeza en tus decisiones, pero evitando que estas se basen en elementos subjetivos y personales, ya que pueden llevar a tomar decisiones erróneas y cortoplacistas que condicionen el funcionamiento y desarrollo a largo plazo de tu empresa.

 

Soberbia

 

Para finalizar, nos gustaría proponer una reflexión sobre los peligros que implica la existencia de esta característica en la forma de trabajar y actuar a nivel empresarial.

Actuar con soberbia implica presuponer que nos encontramos en posesión de la ´verdad absoluta´ y que nada puede hacer cambiar nuestros pálpitos y decisiones, aunque como hemos podido comprobar en este repaso, es posible que, en más de una ocasión, nuestros comportamientos sean equivocados y contraproducentes para el futuro de nuestro proyecto.

Si incluimos la humildad, el afán de mejora continua y el desarrollo de una perspectiva crítica (y constructiva) entre nuestros valores empresariales, apoyándonos en aquellos que, a nivel interno y externo, pueden aportar su granito de arena, estaremos más cerca de alcanzar todos los objetivos estratégicos y operativos que nos propongamos.