¿Apalancar o no apalancar? Esa es la cuestión

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¿Apalancar o no apalancar? Esa es la cuestión

El apalancamiento financiero constituye, sin lugar a dudas, una de las prácticas más habituales en lo que se refiere a las estrategias de financiación del tejido empresarial y productivo en nuestro país.

Cabe recordar que, cuando hablamos de apalancamiento financiero, nos estamos refiriendo a la decisión de los responsables de una empresa para hacer frente, parcial o totalmente, a la financiación de una operación a través de su endeudamiento, o lo que es lo mismo, obteniendo recursos externos bajo el compromiso de devolverlos en el futuro, en lugar de abordar este gasto exclusivamente con fondos propios.

Si bien, como hemos comentado, se puede afirmar que esta medida está a la orden del día en el funcionamiento de cualquier empresa, entidad o, incluso, economía doméstica tanto en nuestro país como a nivel global, y más en un contexto como el actual, marcado por la inestabilidad empresarial y laboral derivadas de los efectos colaterales de la pandemia de Covid-19, también es necesario alertar sobre el hecho de que el apalancamiento financiero se está convirtiendo en una práctica que podríamos considerar como excesivamente común, hasta el punto de transformarse en una fuente más de recursos para hacer frente a cualquier necesidad de liquidez que se pueda plantear en el seno de una organización.

Ante el tremendo calado que esta cuestión puede suponer para el futuro de una empresa, desde OGE Consultores hoy queremos reflexionar contigo sobre la idoneidad o no de optar por el apalancamiento como alternativa para la obtención de financiación.

En primer lugar, es preciso aclarar que el apalancamiento financiero, en sí mismo, es un instrumento más que interesante para poder emprender aquellos proyectos que no sería posible abordar con los fondos propios disponibles en una empresa o negocio, pero siempre que estos proyectos permitan obtener una rentabilidad más que interesante y, al mismo tiempo, tengan un horizonte temporal a medio y largo plazo.

Vamos a tratar de profundizar en los dos aspectos que, desde nuestro punto de vista, justifican la verdadera utilidad del apalancamiento financiero como instrumento de financiación a nivel empresarial.

 

Garantía de rentabilidad

 

Con independencia del tipo de interés y demás condiciones aplicables a cualquier vía de financiación externa, no debemos olvidar la necesidad de que los recursos obtenidos sean susceptibles, por si solos, de generar la obtención de ingresos (o reducción de costes) suficiente para amortizar dicha deuda.

En este sentido, no sería lógico plantearse contratar un préstamo con un interés anual del 8%, por poner un ejemplo, cuando las expectativas de rentabilidad del proyecto al que vamos a dedicar los fondos obtenidos es de un 5%.

Por tanto, sería conveniente circunscribir la realización del apalancamiento financiero a aquellas acciones que tengan un fin productivo, es decir, que dispongan de capacidad propia para generar rentabilidad, y no para elementos improductivos, ya que en este caso el endeudamiento no servirá para mejorar, en modo alguno, la situación económica y financiera del negocio.

 

Horizonte temporal a medio y largo plazo

 

Por otro lado, y para finalizar con esta reflexión, para garantizar la solvencia en el tiempo de una entidad siempre será necesario tener presente la idea de que el desarrollo de proyectos a largo plazo sea abordado con una financiación que implique una duración más o menos similar, mientras que las necesidades de circulante sean soportadas con tesorería.

En este punto, el hecho de utilizar el apalancamiento como medida para solucionar problemas de solvencia en una empresa, salvo en aquellos casos en los que se convierta en la última opción posible, no estará solucionando los problemas de liquidez de la entidad sino, más bien, como se dice en lenguaje coloquial y ya hemos comentado anteriormente en este blog, dando una ‘patada hacia delante’ a estos problemas, con el riesgo que esto supondrá si no se toman las medidas correctivas necesarias para subsanar esta situación durante el tiempo extra del que se dispondrá gracias a los recursos obtenidos a través del apalancamiento financiero.