Kit de supervivencia

No nos engañemos… Más allá de cualquier otra consideración de carácter vocacional o altruista, todo proyecto empresarial gravita sobre la obtención de un margen de explotación o comercial que nos permita garantizar la autogestión de nuestro negocio y obtener beneficios.
En una realidad empresarial y social como la actual, marcada por la presencia de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos de nuestra vida, y sobre todo a nivel laboral, el networking ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad.
En el desarrollo de tu jornada laboral, y más aún cuando ocupas un puesto de cierta responsabilidad en el seno de tu empresa, estarás expuesto, día tras día, a los efectos contraproducentes de una serie de actuaciones, en muchos casos involuntarias o inconscientes, que se pueden considerar como ‘ladrones de tiempo’.
Si bien es innegable que la finalización de esta Semana Santa deja un cierto regusto amargo, debido principalmente a que todavía nuestra vida se encuentra condicionada en prácticamente todos los ámbitos por el mantenimiento de la alerta provocada por la pandemia de Covid-19, estamos seguros de que habrás contemplado estos días, en mayor o menor medida, como un paréntesis para regresar con energías renovadas a tu actividad empresarial.
Una vez que en anteriores publicaciones de este blog hemos concentrado nuestra atención en toda una serie de ratios que dirigidos a ofrecer información en relación a la salud financiera de la empresa desde un punto de vista, podríamos decir, más operativo o visible, ya que se refieren a su liquidez, endeudamiento, rotación de activos o gestión de cobros y pagos, hoy queremos detenernos en un indicador con un carácter más estratégico, pero igualmente importante para el día a día de un proyecto de negocio, como es su eficiencia.