Author: Jose Fulgencio Valverde

Si bien es innegable que la finalización de esta Semana Santa deja un cierto regusto amargo, debido principalmente a que todavía nuestra vida se encuentra condicionada en prácticamente todos los ámbitos por el mantenimiento de la alerta provocada por la pandemia de Covid-19, estamos seguros de que habrás contemplado estos días, en mayor o menor medida, como un paréntesis para regresar con energías renovadas a tu actividad empresarial.
Cuando decides poner en marcha un proyecto empresarial es lógico que centres todos tus esfuerzos en conseguir crecimiento y consolidación a medio y largo plazo, garantizando así su supervivencia y competitividad dentro de tu sector de actividad.
El principal objetivo de cualquier autónomo o empresa que desarrolla una actividad comercial reside, como no podría ser de otra manera, en la generación de una cartera de clientes lo suficientemente consolidada como para obtener una adecuada rentabilidad a partir de los márgenes generados por sus ventas.
En una de las habituales reflexiones que solemos publicar en nuestro blog y perfiles en redes sociales incidíamos hace tan solo unos días en la importancia de tener presente, en la gestión diaria de tu negocio, la necesidad de llevar un control lo más exhaustivo posible de las obligaciones fiscales asociadas a tu actividad empresarial, y que se materializan en tu calendario fiscal.
A lo largo de tu día a día es totalmente normal que te encuentres ante la tesitura de distribuir tu tiempo y tus recursos en la realización de un considerable número de tareas y proyectos de muy diversa índole, que conforman, en su conjunto, el núcleo de nuestra actividad empresarial.